8 efectos psicológicos que puede provocar la Navidad

¡Otra vez vuelve la Navidad! Las calles se llenan de luz y color, sacamos el viejo árbol de plástico del trastero, escuchamos villancicos y volvemos a degustar esos dulces que asociamos a estas fechas tan señaladas. Sin embargo, esta festividad puede producir muy diversas conductas y reacciones en cada uno de nosotros. A continuación vamos a enumerar diferentes efectos psicológicos que pueden ser el desencadenante de la llegada de estas fechas tan deseadas, odiadas, idealizadas e iluminadas. ¿Te identificas con alguno de ellos?

Euforia. Es posible que los estímulos luminosos, la ingesta de comida con exceso de azúcar, las comidas y cenas con cierta dosis de alcohol, el reencuentro con seres queridos, la aglomeración de gente en los centros comerciales y el bombardeo televisivo con contenido referente a estas fiestas te provoque estados de euforia.

Recomendación: ¡En ese caso aprovecha y disfruta! ¡Vívelas con intensidad pero también con precaución! Saborea cada uno de esos momentos que tanto te gustan, pero vigila los excesos en las comilonas que pueden producirte digestiones pesadas, cuidado con el exceso de alcohol si tienes que conducir y modera tus gastos cuando entres en los centros comerciales. ¡Feliz Navidad.

Tristeza. Al contrario que en el caso anterior, hay personas a los cuales la Navidad les evoca una profunda melancolía o tristeza. Puede ser el caso de aquellos que echan en falta a algún familiar al que perdieron y con el cual compartían estos días; así como también aquellos que tienen lejos a sus familiares y seres queridos.

Recomendación: Si este es tu caso, trata de aceptar la llegada de estas fechas sin oponerte. Resistirse a esa aceptación podría llevarte a sentir frustración o incrementar tu sensación de tristeza. Puedes tratar de centrarte en vivir buenos momentos con los que tienes cerca, y en recordar con cariño a los que están lejos o se marcharon. No te presiones y tómate estas fiestas como más te apetezca.

Frustración. Cuando alguien no puede regalar a sus seres queridos aquello que desearía por falta de recursos económicos, o cuando nos damos cuenta de que no somos capaces de llevar a cabo los propósitos de año nuevo, podemos sentirnos muy frustrados. Y es que parece que en estas fecha todo tiene que ser felicidad, alegría y energía positiva… ¡lo cual puede hacerlo todavía más frustrante!

Recomendación: Ten en cuenta que aquello que nos impone la sociedad no siempre es lo correcto. Unas celebraciones en las que podamos vivir buenos ratos con la gente que queremos y darnos algún que otro capricho puede ser más que suficiente. No debería ser necesario que ninguna festividad estuviese asociada a la opulencia. En cuanto a los propósitos de año nuevo, trata de ser realista y recuerda que es preferible fijarse solo unos pocos y cumplirlos, que hacer un largo listado que acabe por abrumarnos. ¡Mucho ánimo!

Consumismo desmesurado. Turrones, bombones, marisco para la cena de Nochebuena, champán para brindar, cotillón, regalos, vino del bueno para Nochevieja, un árbol de navidad nuevo, luces y bolas para el árbol, un belén con figuras artesanas talladas con el máximo grado de detalle, luces de decoración para el belén, un reno de peluche para el sofá,… Como todos sabemos, los productos y artículos que se pueden adquirir en estas fiestas son infinitos y de todo tipo. Es posible que cuando das un paseo por los centros comerciales, los niveles de dopamina se disparen en tu cerebro al ver todas esas luces y productos, y tengas un impulso irrefrenable de comprártelo todo.

Recomendación: Antes de salir de casa deja la tarjeta de crédito y coge el dinero justo que vayas a necesitar para comprar lo que habías pensado. También puedes hacer un listado en el cual vayas registrando todos los gastos relacionados con artículos y productos navideños. Esto te ayudará a concienciarte de hasta qué punto la llegada de esta celebración tiene un impacto en tu economía.

Indiferencia. No suelen ser muchas, pero algunas personas permanecen impasibles a la llegada de la Navidad.

Recomendación: Si algún día comienzas a interesarte, te recomiendo leer Cuento de Navidad de Charles Dickens, en mi opinión retrata muy bien el significado de esta celebración. Si ese día no llega, mientras nada te moleste, sigue a tu aire.

Angustia. Para algunos el mero hecho de tener que reunirse con la familia y tener que cumplir con la tradición puede resultar angustioso. Hay quienes no tienen ningunas ganas de compartir esos momentos en familia porque sus relaciones familiares no son como les gustaría y sienten que deben someterse a momentos embarazosos, discusiones, conflictos,…

Recomendación: ¡Rompe la tradición y estas Navidades acude solo a los eventos que te apetezca! Hmmm… ya sé que estarás pensando que es más fácil decirlo que hacerlo… ¡Y tienes toda la razón! Si esto te parece demasiado drástico, piensa que solo es una vez al año y que la exposición a este tipo de situaciones puede ser una oportunidad para ayudarte a crecer como persona, a desarrollar la paciencia y la aceptación, e incluso a reírte de ti mismo y restarle importancia a algunas situaciones.

Generosidad y benevolencia. Todos los años, por estas fechas, aumenta el número de gente que colabora con alguna causa benéfica donando comida, ropa o juguetes a los más necesitados, o asistiendo a asilos de ancianos, hospitales o comedores sociales. Parece que la llegada de la Navidad despierta el lado más humano de muchas personas, las cuales se muestran más altruistas y amistosas. Un claro ejemplo histórico de este hecho es la conocida Tregua de Navidad, que consistió en un breve alto el fuego no oficial que ocurrió entre las tropas del Imperio alemán y las tropas británicas estacionadas en el frente occidental de la Primera Guerra Mundial durante la Navidad de 1914. En este caso, el tiroteo se dejó a un lado temporalmente, dando paso a los villancicos y el intercambio de regalos entre ambas tropas.

Recomendación: Como este comportamiento es muy loable, deberías plantearte hacerlo extensivo al resto del año, si este es tu caso.

 ●Hipocresía. Mucha gente trata de imitar el comportamiento descrito en el caso anterior, por el simple hecho de ser políticamente correcto pero sin sentirlo con sinceridad.

Recomendación: Si no lo sientes tal vez no deberías hacerlo. Esto puede provocar que las personas que te rodean te perciban como una persona poco auténtica.

Si eres de los que disfruta en estas fechas… ¡Feliz Navidad y próspero año nuevo!

Si por el contrario eres de los que las detestan… ¡No te preocupes, piensa que enseguida estaremos de vuelta en el trabajo!

24 diciembre, 2017

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