
En el post anterior estuvimos analizando el miedo escénico desde el punto de vista biológico. Y como os prometimos, en este post, vamos a compartir con vosotros aquellas técnicas y estrategias que, según diferentes autores, son las más efectivas para hacer frente al miedo a hablar en público:
ANTES DE COMENZAR…
1. Llega con tiempo al lugar de la conferencia o exposición: Esto te ayudará a evitar los nervios y a familiarizarte con el entorno. Si hay escenario o estrado trata de subir para ver cómo se ven las cosas desde allí. Explorar el entorno previamente te ayudará a ponerte en situación.
2. Saluda a la gente conforme vayan entrando. Como vimos en el post anterior, tu cerebro puede ponerse en modo de alerta si de repente te encuentras enfrente de un numeroso grupo de homo sapiens que te mira fijamente y cuyos rostros desconoces. Saludar a la gente previamente e incluso establecer una pequeña conversación con ellos te ayudará a establecer mayor conexión con los asistentes y tu cerebro tendrá la sensación de que los conoce.
3. No memorices todo el contenido. Debes tener clara cuál es la estructura de tu exposición o conferencia, pero no debes memorizar todo el contenido de forma literal porque corres el riesgo de quedarte en blanco. Apréndete bien las ideas principales y practica cómo desarrollarlas ―puedes ayudarte con alguna imagen―, así lograrás tener un hilo conductor que te ayudará a seguir el orden de las ideas y será más complicado que te quedes totalmente en blanco.
4. Bebe agua antes de comenzar. Esto no solo te ayudará a mantener tus cuerdas vocales hidratadas, lo cual siempre es una ventaja; además también transmitirá a tu cerebro la idea de que no hay riesgo. Piensa que en el entorno natural los animales no se detienen a beber agua tranquilamente cuando detectan un posible peligro. Si realizas conscientemente este acto, tu cerebro tenderá a pensar acorde a tus acciones.
5. Respira hondo. El miedo afecta a todos tus procesos fisiológicos, entre ellos al respiratorio. Si intencionadamente reduces el ritmo de tu respiración ―alargando un poco la espiración―, o practicas una respiración diafragmática o ligeramente intercostal ―abriendo tu caja torácica por la parte baja, provocando que se separen tus costillas―, conseguirás un mejor estado de concentración y sintonía.
6. Realiza algún ejercicio físico o estiramiento. El hecho de realizar un ejercicio de intensidad moderada, o unos estiramientos, también pueden ayudarnos a soltar la tensión corporal, lo cual nos ayuda a sentir nuestro cuerpo más tranquilo, y disminuye los síntomas físicos del estrés elevado y el nerviosismo.
CUANDO HAYAS EMPEZADO…
7. Admite abiertamente que tienes miedo o estás nervioso: si lo haces es más fácil que la audiencia empatice contigo debido a que te verán como un ser humano normal y corriente. Además te restarás presión y le enviarás a tu cerebro el mensaje de que aceptas ese estado de nerviosismo, lo cual paradójicamente hará que tus nervios se reduzcan ―para más información sobre este tema puedes visitar la entrada de la intención paradójica en el miedo y la ansiedad―.
8. Habla despacio y con gestos suaves. Sobre todo durante el primer minuto. Este momento suele ser el peor en cuanto a sensaciones. Si hablas despacio conseguirás que se te entienda mejor y la posible agitación de tu organismo acabará sintonizando con la velocidad de tu voz y con los movimientos suaves de tu cuerpo ayudándote a calmarte.
9. Busca las caras más amables. Tu cerebro tenderá a focalizar la atención en las caras de aburrimiento o enfado. Esto ocurre porque nuestra amígdala se activa con intensidad cuando las percibe ya que es un detector de amenazas. Trata de localizar las caras que te transmitan más simpatía y tranquilidad y establece contacto visual con estos oyentes. Puedes mirar durante unos segundos a los ojos de una persona del público, después pasea tu mirada por toda la audiencia y vuelve a fijar la mirada en otra persona. Así tu audiencia se sentirá involucrada. Hazlo con naturalidad y transparencia.
10. Habla de cosas que realmente conozcas y te apasionen. Muchas veces sentimos el temor de que entre la multitud que nos escucha haya algún experto en la materia que puede saber mucho más que nosotros. Eso no será un problema si hablas de algo que realmente te guste y unes el contenido que vas a comentar con tus experiencias personales. ¡Nadie sabe mejor que tú qué cambios ha producido en tu vida el hecho de haber descubierto aquello que tratas de transmitir a tu audiencia!
A continuación os dejamos un vídeo que resume algunos de estos consejos prácticos:
Esperamos que estos consejos os sean útiles para afrontar el miedo escénico. Ponedlos en práctica y nos contáis.
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¡Ánimo y adelante!
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