Una clave fundamental para educar con éxito

Es imprescindible educar de tres maneras: con el ejemplo, con el ejemplo y con el ejemplo.

Premio Nobel de la Paz Albert Schweitzer.

 Imagino que ya sabes de lo que voy a hablarte, pero antes déjame que te cuente una bonita historia…

   Una vez, una mujer viajó desde muy lejos con su hijo para visitar a Mahatma Gandhi, con la intención de que éste le inculcase al niño el pensamiento de lo nocivo que era consumir alimentos con un exceso de azúcar.

―Mahatma, dígale a mi hijo lo malo que es consumir tantos alimentos dulces por favor, porque a mí no me hace caso― rogó la mujer con desesperación.

   Gandhi observó en silencio al niño unos segundos y respondió a aquella mujer:

―Señora, hágame usted el favor de volver en tres semanas y podremos resolver el problema.

   La mujer así lo hizo y a las tres semanas volvió a viajar a visitar a Alma Grande junto a su pequeño. Una vez allí Gandhi le habló al niño con cariño y contundencia:

―Muchacho, tu madre te quiere mucho y se preocupa por ti, por ese motivo debes dejar de consumir alimentos con exceso de azúcar. El azúcar es muy nocivo para tu organismo y puede provocarte algún tipo de enfermedad. Debes evitarlo y llevar una dieta más sana.

   El muchacho asintió dispuesto a seguir el consejo de aquel hombre tan sabio y la madre quedó mucho más tranquila, pero había algo que no acababa de comprender.

―Se lo agradezco mucho Mahatma, pero… ¿Por qué no hizo usted esto mismo hace tres semanas? De ese modo me habría ahorrado tener que hacer dos viajes para visitarle.

―Muy sencillo señora ―respondió Gandhi―, porque hace tres semanas yo mismo consumía azúcar.

Las personas que han conseguido grandes revoluciones a nivel social o cultural, conocían el secreto de Gandhi. No podemos pretender enseñarles a nuestros hijos o alumnos una serie de actitudes que nosotros mismos no hemos conseguido desarrollar. Muchas veces sabemos qué es aquello que debemos enseñar a los niños. Tenemos muy claro que es lo políticamente correcto o lo socialmente aceptado, y tratamos de inculcar estos valores o conocimientos a los pequeños. Pero está más que demostrado que en el ámbito de la educación, la filosofía del «haz lo que yo te diga pero no lo que yo haga» no funciona en absoluto. Es cierto que este modo de enseñar da sus frutos, lo veo cada día en el colegio, pero lo que consigue es que los niños sepan diferenciar perfectamente entre lo que está bien y lo que está mal, pero no saben poner en práctica en su conducta diaria las estrategias que le llevarán a tener una buena conducta. En el siguiente ejemplo se puede ver muy claro:

Hay niños que cuando tienen un conflicto, a la primera de cambio agreden física o verbalmente a sus compañeros. Cuando el adulto ayuda a resolver el conflicto y le pregunta al niño «¿Cómo crees que te has portado?», lo primero que hace el niño es justificar su actuación. Para éste en principio su comportamiento siempre surge como una necesidad de proteger sus derechos o pensamientos; sin embargo cuando el adulto profundiza un poco más, el niño suelo admitir cosas como «me he portado mal», «no lo debería haber hecho» o «lo siento». Pero debemos ser conscientes de que posiblemente el niño tenga la siguiente pregunta en su cabeza: « ¿Y qué diablos se supone que tengo que hacer?» u otra del tipo «¿Y cómo resuelve uno sus conflictos sin pelearse?»

Muchas veces el problema en este tipo de situaciones radica en que no hemos enseñado al niño las estrategias adecuadas para vivir una vida sin tanto dolor y sufrimiento. Esto ocurre porque los niños pueden aprenden por asimilación y por imitación. Es fundamental que entendamos que por más que le digamos «debes leer más», «nunca fumes», «hay que comer alimentos sanos», «no insultes o critiques a los demás», «…»; si luego ellos no nos ven leer y disfrutar haciéndolo, no nos ven seguir una dieta equilibrada, o nos ven fumando o criticando a nuestro jefe o a nuestro vecino…, no podemos pretender que ellos sigan nuestros consejos o imposiciones sin más. ¡Eso no va a dar ningún resultado!

Muchos padres de mis alumnos me suelen decir una gran verdad: ¡ES QUE EDUCAR ES MUY DIFÍCIL! Y estoy totalmente de acuerdo. Pero educar a un niño es una gran oportunidad para que consigamos convertirnos en una persona mejor. Ahora tenemos la excusa perfecta que es servir de ejemplo al niño. Podemos aprovechar esa excusa para transformarnos en personas más sanas, para leer más y aprender de aquello que siempre hemos querido saber (sea lo que sea), para evitar comportamientos que son nocivos para nuestra salud como el tabaco o las dietas hipercalóricas, y también aprender a desarrollar nuestra Inteligencia Emocional y nuestras habilidades sociales para aprender a relacionarnos mejor con los demás, y tener así una mejor salud psicológica.

Te propongo un juego que me gusta llamar UNA MIRADA HACIA EL FUTURO. Es muy sencillo, simplemente coge papel y bolígrafo, y tómate un tiempo para describir por escrito cómo te gustaría que fuesen tus hijos (o alumnos) el día de mañana. Puedes contestar a preguntas como estas:

―¿Qué valores tendrían?

―¿Qué actitudes y habilidades?

―¿Qué fortalezas?

―¿Qué estilo de vida?

―¿Cómo afrontarían los miedos y las adversidades?

―¿Cuáles serían sus inquietudes?

―¿…?

Una vez que hayas acabado esta descripción pregúntate si tú mismo/a reflejas todos esos valores, actitudes, inquietudes, estilo de vida,… Y si no es así no te culpabilices, probablemente hayas hecho las cosas lo mejor que sabías o que podías. Pero ahora tienes una gran oportunidad de convertirte en una persona como la que has descrito, porque el secreto que sabía Gandhi es que debes imaginar el tipo de persona que te gustaría que fuesen tus hijos Y CONVERTIRTE TÚ EN ESA MISMA PERSONA. Te garantizo que trabajando en esa dirección, harás mucho más por la educación de tus niños que con clases de refuerzo, comprándole libros, apuntándole a inglés o a clases de cualquier instrumento. Además esto te ayudará a desarrollarte como persona independientemente de tu edad, estado económico o laboral. ¿Y sabes lo mejor de todo?… YO SÉ QUE PUEDES HACERLO.

¡Ánimo y disfruta de esta aventura!

0 responses on "Una clave fundamental para educar con éxito"

Leave a Message

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

X