12 consejos para frenar el envejecimiento de nuestro cerebro

El cerebro humano, al igual que el resto de órganos, envejece a medida que nos vamos desarrollando. Se trata de un proceso fisiológico inevitable que, según afirma el Catedrático de Fisiología Humana por la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid, doctor en Medicina por la Universidad de Granada y doctor en Neurociencias por la Universidad de Oxford, Francisco Mora, comienza en torno a los 30 años.

Pero podemos mostrarnos optimistas, ya que parece que la velocidad de este proceso de envejecimiento depende en gran medida de nuestro estilo de vida, algo que sí es posible controlar. Si la mejor manera de que un órgano continúe activo es utilizarlo, la clave de un envejecimiento cerebral saludable está en entrenar cuerpo y mente, y estar preparados para ejercer actividades alternativas tras la jubilación y durante la tercera edad.

Como ya vimos en entradas anteriores, La neurociencia ha aportado nuevos conocimientos en el campo científico, que han servido para desterrar algunos mitos como el que aseguraba que no es posible regenerar nuestras neuronas, o que la capacidad de aprendizaje solo se da en las etapas más tempranas de desarrollo del ser humano. Como veremos a continuación, hay una gran cantidad de hábitos, actividades y pequeñas acciones que podemos realizar y que fomentarán una mayor salud en nuestro cerebro y reducirán el impacto negativo del paso del tiempo. El doctor Mora nos ofrece los siguientes consejos para ayudarnos a ralentizar el proceso de envejecimiento de nuestro cerebro, así como la llegada de posibles enfermedades como el Alzheimer, la demencia senil o el Párkinson:

Comer lo justo. Comer más de lo necesario aumenta el estrés oxidativo de nuestro organismo. Comer un poco menos de lo habitual provoca la generación de nuevas neuronas en el hipocampo ―estructura cerebral relacionada con el aprendizaje y la memoria―, favoreciendo así los mecanismos de reparación neuronal, así como las sinapsis neuronales ―conexiones entre las neuronas―.

Practicar deporte de forma regular. La práctica de actividad física, especialmente la de carácter aeróbico ―de una intensidad media pero prolongada en el tiempo―, repercute de forma favorable en la plasticidad cerebral. Y también ayuda a potenciar las sinapsis neuronales, las cuales son claves para el desarrollo de nuestro aprendizaje y nuestra memoria.

Ejercitar nuestra mente. Cuando hablamos de ejercicio, solemos pensar únicamente en nuestro cuerpo, pero no debemos olvidarnos de ejercitar también nuestra mente de forma diaria. No importa el hecho de que estemos desempleados o jubilados, debemos estimular nuestra mente con nuevos retos como aprender a tocar un instrumento o un idioma nuevo. Además este tipo de actividades resultan muy placenteras y favorecen nuestra autoestima, ya que despiertan la admiración de los demás.

Viajar y descubrir nuevos ambientes. Cuando nos introducimos en un ambiente diferente a aquel en el que nos solemos desenvolver, necesitamos adquirir nuevas percepciones y memorizar estímulos novedosos. De este modo sacamos a nuestro cerebro de la comodidad de su rutina y generamos nuevos estados emocionales, que nos servirán como motor de nuestro aprendizaje.

Mantén vivas tus relaciones. El desarrollo y mantenimiento de nuestras relaciones sociales y sentimentales es esencial para nuestra salud psicológica y emocional. Aportar cariño a los demás y sentir su apoyo nos ayuda a afrontar mejor los cambios y las adversidades.

Adaptarse a los cambios. Abrirse a nuevas experiencias y adaptarse a nuevas situaciones es esencial en este mundo en constante transformación. Cuando pretendemos vivir estancados y nos justificamos diciendo cosas como «no soy suficiente inteligente para esto», «soy demasiado mayor para aprender», «en mi situación no puedo hacerlo», «…», lo único que conseguimos es incrementar nuestros niveles de estrés. Debemos tratar de hacer frente a nuevas situaciones y desarrollar las habilidades necesarias para poder adaptarnos bien al cambio.

Evitar el estrés crónico. En anteriores entradas vimos que, además de un impacto negativo sobre diferentes sistemas de nuestro organismo, el estrés es uno de los factores que reducía la posibilidad de nuerogénesis en nuestro cerebro. Una exposición prolongada al estrés provoca el aumento de la producción de hormonas glucocorticoides, las cuales son muy perjudiciales para algunas estructuras cerebrales. Debemos buscar cualquier vía de escape como el ejercicio físico, la práctica del yoga o la meditación, o cualquier otra actividad musical, artística, etc., que nos permita reducir nuestros niveles de estrés.

No fumar. Ya se ha hablado hasta la saciedad del posible impacto negativo de este hábito sobre la salud. En relación a nuestro cerebro cabe destacar que puede provocar pequeños infartos cerebrales, declinando así las funciones mentales. Además la nicotina produce la atrofia y la muerte de las neuronas, pudiendo reducir de forma significativa nuestras capacidades relacionadas con la memoria.

Dormir y descansar lo necesario. Se sabe que un adulto necesita entre 7 y 9 horas de sueño nocturno para mantener una buena salud de su sistema nervioso. Durante el proceso del sueño, nuestro cerebro desecha aquella información innecesaria y refuerza aquellos conocimientos aprendidos que le son útiles.

10º Evitar el apagón emocional. Es fundamental que busquemos ambientes, actividades y compañías que nos provoquen ilusión y motivación por los proyectos que llevemos a cabo. Debemos hacer lo posible por desarrollar nuestra curiosidad de forma saludable y no dejar que nuestros niveles de emocionalidad se disipen.

11º Ser agradecido. El agradecimiento refuerza los vínculos sociales y afectivos, y proporciona una sensación muy placentera tanto para el que agradece como para el que recibe el agradecimiento. Una actitud de agradecimiento nos permite soltar antiguos lastres y tensiones emocionales.

12º Disfrutar de las pequeñas cosas. Aprende a valorar aquellos pequeños detalles que hacen de nuestra vida algo mucho más agradable. El sabor de una onza de chocolate, un baile, un rato de risas con los amigos, una ducha caliente en invierno o un paseo por el campo un día soleado de primavera,… Todas estas cosas son sencillas de hacer y están a nuestro alcance; nos provocan sensaciones muy placenteras y nos hacen sentirnos revitalizados.

Desde Nueces y Neuronas te invitamos a que trates tu cerebro con la importancia que se merece. Piensa que éste es el órgano más potente que tenemos y de nosotros mismos depende desplegar todo su potencial.

A continuación os dejamos un pequeño vídeo del programa Redes en el que se nombran estos 12 consejos expuestos por el doctor Francisco Mora. ¡Esperamos que os sea útil!

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