
Para unos, los primeros años de convivencia con la pareja son los más difíciles. Aseguran que es porque se enfrentan a cientos de diferencias, porque les es difícil organizarse, ponerse de acuerdo o porque no eran conscientes de todo aquello que significaba ser responsables de un hogar. Pero para otros, los primeros años de convivencia con la pareja son los más hermosos. Ellos aseguran que la motivación es mayor en esos años, que el deseo de descubrir y de aprender junto a la pareja es más intensos y que la novelería gana a las diferencias.
Entonces ¿cuál de ellos tiene la razón? En realidad, cada pareja es un mundo en esencia y para cada uno, la experiencia de la convivencia tiene sus características específicas. Sin embargo, sí hay mecanismos que favorecen la convivencia en pareja. A continuación una guía para hacer de esta etapa, una mucho más exitosa.
¿Qué es la convivencia en pareja?
La convivencia es en realidad una de la más importantes etapas de una relación de pareja. En esta etapa la pareja se conoce en el día a día, en la rutina, en los momentos de cansancio, en el cumplimiento de las responsabilidades, etc. Ya no se trata únicamente de las ilusiones de la conquista durante el enamoramiento, ni tampoco del descubrimiento e inclusión del círculo social de cada uno.
En la convivencia se descubre a la pareja desde lo más profundo de su esencia. La pareja se presenta sin misterios, sin apariencias, sin tabúes, con expectativas, con inseguridades, miedos y con cientos de costumbres arrastradas cada uno de su familia. Dos personas acostumbradas a vivir de una forma específica se unen con la intención de formar un hogar. En principio, este deseo es sumamente ambicioso, fantasioso y está cargado de expectativas. Ambos, cada cual con sus propios intereses, fantasías y miedos va a enfrentarse a la convivencia con su pareja desde su ángulo de perspectiva particular y se concentrará en aquello que cree que es importante para sí mismo. Pero en realidad, el éxito de una relación de pareja en la convivencia depende en gran medida del motivo por el cual hayan decidido vivir juntos. En Latinoamérica por ejemplo, hay varios casos en los que el principal motivo por el cual una pareja decide vivir juntos es tener libertad sexual. Lastimosamente, por motivos culturales y económicos, muy pocas personas tienen la experiencia de vivir solos durante un tiempo o esconden su vida sexual bajo el paraguas de lo ‘socialmente correcto’. En Europa, por ejemplo, hay también un gran porcentaje de casos en los que el principal motivo por el cual una pareja decide vivir juntos es un motivo económico.
Sin embargo, para que una relación de pareja viva exitosamente la etapa de convivencia, es indispensable que ambos sepan que la vida de pareja es más allá del sexo o de la conveniencia económica. La convivencia va mucho más allá de la ilusión como respuesta a un cerebro estimulado por el enamoramiento, sino que es en realidad, una etapa que requiere del compromiso de decidir amar a la pareja. ¿Cómo convivir exitosamente con tu pareja? A continuación te sugiero 3 hábitos que mejorarán la convivencia con tu pareja.
Primer hábito positivo: La comunicación
Sí, yo y muchos más especialistas hemos hablado incansablemente de la necesidad de comunicación y te aseguro que no nos cansaremos de hacerlo. La comunicación es clave para todas las relaciones interpersonales en cualquier momento de tu vida. Más aún en los primeros momentos de la convivencia en pareja. Y, contrario a lo que muchos creen, los primeros meses de convivencia no se trata de pretender ser el o la mejor, ni de pasar por alto todo con tal de evitar el conflicto.
Tampoco se trata de imponer verdades absolutas, ni de hacer comparaciones con lo que cada uno tenía antes de vivir juntos. En la convivencia, la comunicación es clave para conocerse, para aprender a respetarse y a satisfacerse y para negociar. Así que ten la confianza de que tu pareja es y será tu mejor amigo o amiga (al menos así deberías verlo).
Tu pareja es tu compañero de equipo más importante y ambos deben aprender a convivir de tal manera en la que ambos se sientan lo más satisfechos posible. Habla sin tabúes, mantente emocionalmente estable y comunica desde una perspectiva constructiva. Ten seguridad de que tendrán grandes diferencias, que tendrán que llegar a acuerdos, que tendrán que ceder y por supuesto, que tendrán que estar voluntariamente dispuestos a dar lo mejor de sí mismos.
Segundo hábito positivo: El compromiso de dar
Tal y como lo dije al principio de este artículo, amar es una decisión y en la convivencia esta decisión puede ponerse a prueba. Ten la seguridad de que tendrás días en los que simplemente no entenderás los comportamientos de tu pareja. Otros días perderás la cabeza intentando que tu pareja comprenda lo que tú esperas. Pero recuerda, su relación debe estar basada en un principio de compañerismo. Es decir, ambos quieren lo mejor para el otro y ambos desean encaminarse hacia el futuro que construyen juntos. Así que, para convivir exitosamente concéntrate en dar, demuestra que valoras a tu pareja más allá de los buenos o malos momentos. Si, primero está aquello que tú estás dispuesto a hacer por tu pareja y por la relación.
Primero están aquellos cambios que tú estás dispuesto a hacer y aquello que tú quieres mejorar. Empezando siempre por aquello que tú puedes dar. Luego, con una buena comunicación puedes también pedir aquello que tú necesitas y deseas.
Tercer hábito positivo: Una visión en común
Finalmente, pero no menos importante llegamos a la parte final y al que en realidad es el factor más importante en cualquier etapa de una relación de pareja, mantener una visión en común. ¿Recuerdas cómo eran las conversaciones con tu pareja al inicio de la relación? Hacían planes y fantaseaban con el futuro. A veces, el sencillo plan de ir al cine durante el fin de semana ya los llenaba de ilusión.
Pues en la convivencia, los planes son aún más importantes y no se reducen únicamente a los paseos al cine. Sino que requieren de una visión en común. ¿Qué es lo que ambos quieren de la vida? ¿Cómo se imaginan a sí mismos en 20 años? ¿Cuáles son sus sueños? Y, sobre todo, ¿Comparten aquella visión futura? ¿Desean encaminarse en el mismo sentido?
Y mucha atención con este aspecto. No es necesario que ambos quieran todo de la misma forma, pero es indispensable que mantengan visiones en común en aquellos aspectos más trascendentales como por ejemplo si es que desean tener hijos o no. Y si es que quieren hijos, de qué forma les gustaría educarlos. Desean ambos dedicarse a trabajar para otros durante 10 horas al día, o desean hacer lo posible por cenar juntos 4 veces por semana. En la convivencia tener empatía hacia los sentimientos y sueños de la otra persona es indispensable. Por eso, mientras más comuniquen, más compartan y más comprometidos estén en beneficio de la relación, más sencillo les será encontrar una visión en común.
Confío que esta reflexión se convierta en un aporte positivo en tu relación de pareja.
Hasta pronto.
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