
En este post te traemos 9 consejos prácticos, sobre inteligencia emocional aplicada a tu día a día, para que puedas mejorar tu rendimiento a nivel emocional.
1. Amplia tu vocabulario emocional
Los nombres que pongas a tus emociones te ayudarán a entender cómo te estás sintiendo y por qué. No es lo mismo sentir ira, que celos, rechazo, desprecio, enfado… Saber etiquetar adecuadamente tus emociones y estados emocionales, te ayudará a comprenderte mejor, e incluso a adelantar posibles reacciones o estallidos emocionales (los llamados secuestros por la amígdala).
No dominar el lenguaje emocional te limita tanto la comunicación con los demás, como el conocimiento de ti mismo.
2. Aprende a identificar tus emociones para comprender tus actos
No puedes eliminar ni controlar totalmente tus emociones, pero puedes conocerlas y entender cómo influyen sobre tu conducta.
Cuando te sorprendas a ti mismo actuando de una forma inesperada o descontrolada, párate un segundo y reflexiona sobre la emoción que te mueve, e intenta entender si te está ayudando a actuar correctamente. En muchas ocasiones las emociones nos llevan a actuar de forma disfuncional, y es entonces cuando debemos comenzar a gestionarlas y redirigirlas.
3. Evita los juicios internos
Aprender a identificar como nos sentimos es algo que puede ayudarnos a comprendernos y a adaptarnos, pero juzgar nuestros estados emocionales como buenos o malos, puede llevarnos a sufrir de forma innecesaria por nuestras propias emociones.
Debemos aprender a respetar nuestros procesos emocionales, y comprender que las emociones tienen una serie de funciones y no son “positivas” o “negativas” en sí mismas.
Desde la filosofía del Mindfulness, se nos enseña que los juicios sobre el miedo, la ira, la tristeza… pueden ser los principales causantes del sufrimiento, más incluso que las propias emociones.
Os recomendamos que leáis este artículo, para profundizar un poco más en el tema del respeto y las funciones de las emociones etiquetadas a veces como “negativas”.
4. Gestiona tu lenguaje corporal
La forma en la que nos comportamos y cómo nos expresamos a nivel físico, repercute sobre cómo nos sentimos. En otros post hemos hablado de la Hipótesis del Feedback Facial, la cual nos enseña como nuestro cerebro tiende a mostrar una actividad emocional coherente con nuestro lenguaje corporal.
Aprende a reflejar con tu cuerpo como quieres sentirte mentalmente, ya que científicamente existen evidencias de que se produce una retroalimentación entre nuestros estados emocionales y nuestras expresiones faciales o corporales.
5. Controla como piensas para gestionar como te sientes
¿Sabías que tu diálogo interno puede ser una gran herramienta reguladora a nivel emocional?
Mantén un diálogo positivo contigo mismo, háblate con respeto y cariño, y aprende a identificar cuándo aparecen pensamientos tóxicos que pueden repercutir sobre tu bienestar, y sobre tu autoestima, y evítalos conscientemente.
6. Sé comprensivo con los demás
Oímos mucho hablar de lo importante que es saber interpretar las emociones ajenas, poder identificar las intenciones y estados de ánimo de la gente que nos rodea… Pero tenemos que entender que ser inteligente emocionalmente hablando, está mucho más relacionado con ser empáticos y mostrar una actitud comprensiva con los demás, que con ser una especie de detective emocional que sabe cómo se sienten los de su alrededor, pero que es incapaz de conectar con ellos.
7. Escribe un diario emocional
Algunos estudios afirman que escribir un diario sobre cómo nos sentimos y qué tipo de emociones hemos experimentado, reduce la actividad de la amígdala, una región cerebral responsable de la intensidad emocional.
Este a conducta es muy frecuente socialmente, y la hemos visto incluso en el cine por ejemplo en la famosa película Bridget Jones. Este efecto positivo fue especialmente evidente en hombres, y todavía más cuando estos escribían a mano, en lugar de a ordenador.
8. Aprende a comunicarte de forma asertiva
Ser asertivo significa comunicarnos con franqueza y sin ser ofensivos, respetando nuestros derechos personales, y respetando a su vez los derechos de los demás.
En un artículo anterior os hablamos del modelo de comunicación XYZ, del psicólogo Haim Ginott, con el cual podemos comunicar una queja o una petición… sin ser críticos ni ofensivos:
Este modelo se expresa de la siguiente manera:
Cuando haces “X”, me siento “Y”, y por el contrario me gustaría sentirme “Z”.
Ej: «Cuando no me llamaste para decirme que llegarías tarde me sentí despreciada y enfadada. Me habría gustado que me hubieses llamado para decirme que llegarías con retraso, me habría quedado más tranquila».
Evita usar frases con generalizaciones, o personalizaciones, como “tú eres muy…”, “tú siempre me dices…”.
9. Conviértelo todo en acciones y conductas reales
Aprende a crear planes de acción, y a consolidar rutinas y comportamientos que te ayuden a acercarte a tus objetivos. Descompón tus proyectos en pequeñas acciones e intenta llevar un registro escrito de tus avances, y ser constante en tus deberes.
Como dijo el famoso actor y filosofo Bruce Lee «El saber no es suficiente debemos aplicarlo. El querer no es suficiente debemos hacerlo…».
Excelente articulo Manuel!
Muchas gracias 😉
Los jóvenes psicólogos tenéis el reto de informar a Sanidad y Educacion de la importancia de trabajar las emociones ya desde la escuela y hacer psicoterapia con algunos pacientes para evitar tantas enfermedades crónicas evitables.
El problema radica en que en ninguno de los dos ámbitos hay beneficios industriales.
Estoy de acuerdo.
¡Gracias por tu comentario! 🙂
Muy asertva la informacion sobre la inteligencia emocional.
Cuanto por aprender! Gracias!